Asesinato en el Orient Express (2017)




Feliz 2018 lectores, espero que hayáis pasados todos bien las fiestas y vacaciones, y por supuesto   que os deseo que tengáis un año más que bienvenido y mejor.
Como habréis visto no he sido capaz de subir ni una crítica estas navidades, y este mes de enero tampoco he anunciado ninguna serie de televisión como en anteriores años con El Crítico o Ash vs Evil Dead a lo que os pido disculpas, no he pasado por un buen momento y sigo intentando balancear mi estado de ánimo, sin ninguna mejora.
Ya ver películas y analizarlas empieza a costarme cada vez más, y siento que estoy perdiendo mi voz y forma de verlas con cada análisis que trato de escribir y estudiar.
Por eso, el descanso de este año se verá más temprano hasta que pueda ponerme de nuevo en marcha, pero hoy hablaremos de algo más sustancial e importante. 
Algo más interesante respecto al cine.
Mi propuesta de este año será hablar más de el género de suspense y abarcar cada película que trabaja en elaborados misterios y el descubrimiento del desencadenante que lo inició.
Claro que también hablaremos de películas de terror, estrenos, y posiblemente algún que otro aniversario, pero de momento nos adentraremos en la última adaptación de Asesinato en el Orient Express que tanto ha estado en boca de la gente.

De mano de la que cuestiona los hechos y los crímenes en el grupo de novelas que han superado su propio género, Agatha Christie, también una de mis autoras favoritas.

Basada en el famoso relato de la novelista Agatha Cristie, Murder on the Orient Express se ha ganado también el reconocimiento crítico por su anterior adaptación en 1974, a manos de no otro que Sidney Lumet, director de mi película favorita de todos los tiempos, 12 hombres sin piedad.
La razón de que haya decidido hacer una crítica de la más reciente entrega es porque (lo creáis o no) nunca he podido ver el clásico de Lumet, lo que es extraño sabiendo lo que me encanta el cine más artístico y de reconocido estilo, que la actual imagen moderna que cualquier posible remake pueda ofrecer. Pero esta es otra razón por la que quiero abordar este film, la sorpresa de que esté protagonizado y dirigido que no otro que Kenneth Branagh, quien es discutiblemente uno de los últimos directores influenciados por la narración y la literatura en general.
Su trayectoria desde Enrique V, Hamlet, y Mary Shelley's Frankenstein ha dejado claro su pasión e impresión por el teatro shakespiriano, su estilo rinde homenaje al autor que respeta y sus producciones son espectaculares de principio a fin. Por lo que suena una gran idea de que tome las mismísimas riendas de adaptar Asesinato en el Orient Express junto con su participación como el detective Hercule Poirot, aún sabiendo que nadie ha podido estar a la altura desde que Albert Finney lo interpretase, pero para ser justos Branagh se ha esforzado mucho también para captar la esencia del personaje, incluso llegando a leer todos los relatos existentes sobre Hercule Poirot para el momento del rodaje.
Sin embargo he de admitir que mi interés por Branagh está más en determinar cómo decide afrontar esta adaptación como director, y qué puede ofrecer al público que (al igual que yo) no tiene ninguna nostalgia o perspectiva a su más predecesora versión.
¿Valdrá la pena la intención y el misterio? ¿Será posible que veamos a Branagh en su mayor proyecto desde que organizó la apertura de los Juegos Olímpicos de 2012 en Londres?

Descubrámoslo y hablemos de la trama para aquellos que no la conozcan:




Kenneth Branagh interpreta a Hercule Poirot (Que no Hércules Poirot, muy buen chiste) reconocido detective belga capaz de resolver misterios y crímenes atroces, pero exquisito y preciso como un reloj de bolsillo. Su visión del orden, equilibrio, y la forma en la que lo construye le hace visualizar cada escenario como un cuarto desordenado y la mano de quién lo hizo, por no decir su falta de modestia afirmando que es el mejor detective del mundo (Puedo confirmar desde aquí que Hercule no tiene abuela).
Tal y como vemos en los primeros 8 minutos de la película (Tremendos esos minutos sin dudarlo), Poirot comparte su forma de ser y orden con un niño y el inspector que le ha llamado para resolver un caso de extrema urgencia.
En esta escena, Poirot aparece gracioso, serio y lleno de energía y perfeccionista por querer el tamaño y la forma perfecto de un par de huevos para desayunar, comienza a fijarse más de cerca, llega a sacar una regla para medir su altura y todo, a lo que contesta al chico que no es culpa suya, el ave no sabía poner huevos en este caso.

Esta escena funciona bastante bien para que nos introduzcan a la peculiar faceta de Poirot y lo agradable que puede llegar a ser; Branagh también demuestra un gran control en cómo se filma para que no se vea su cara hasta que por fin expresa su cara y su impresionante bigote de morsa.

El "look" y la cara de esta version de Poirot me gusta, es llamativo pero limpio y ordenado como es el personaje, y ese gran bigote con la perilla despliega atención siempre que el personaje debe hablar e incluso se vuelve cómico en puntuales momentos cuando Branagh demuestra el cuidado que le tiene.
Se puede ver que está ideado para alejarlo de otras versiones como la de Albert Finney el cual era simple pero efectiva, (ahora memorable), y para caracterizarlo en un personaje con el que Branagh se sienta cómodo para interpretarlo por extraño que parezca.
Cuanto más lo aleje de la figura que todos tienen en mente, más metido estará para crear su propia actuación.


Una cosa que arregla la introducción mis problemas con Kenneth Branagh es el cómo le introducen para explicar el crimen para al que lo han llamado. Normalmente Branagh celebra la historia en un entorno grande, complejo y exagerado; ni siquiera yo sabia el salto que darían poniéndonos a Hercule en nada más que el Muro de las Lamentaciones en Jerusalén, ¡juzgando contra la pared a un imam, un rabino y un sacerdote en pleno gentío que desean lincharlos (Como él diría, suena como un chiste, lo mismo que pretendería el autentico ladrón) por un robo que ha sucedido en la Basílica del Santo Sepulcro!
WOW si es inoportuno con todas las tensiones que han estado ocurriendo en estos últimos meses, pero dadle el mayor crédito de esta parte porque Branagh consigue sumergirnos en el percance y la resolución con su brillante deducción y controlada figura ante tres religiones que no se ven cómodas entre ellas. Tal vez el crimen está solo para empezar las cosas y poder conocer a Hercule de antemano, aún así está bien escrito y rodado, pero también sirve para ver como Branagh decidirá dirigir esas escenas en blanco y negro para analizar sus pasos y las pruebas, y un trabajo de cámara que simula una falsa realidad y alejada de la visión real, por lo que no vemos las cosas desde su punto de vista, sino más bien una reconstrucción de lo sucedido bajo su narración, y Kenneth Branagh tiene una magnífica voz para eso. Este planteamiento resulta efectivo, y la hace suya en cómo la dirige.



Cuando vi Mary Shelley's Frankenstein (1994) un gran problema que encontré fue que Branagh al interpretar el papel del Doctor Victor Frankenstein y al mismo tiempo que la dirigía, no fue capaz de ver parte de su actuación cuando estaba en pantalla, volviéndose muy descontrolado y alocado por como expresaba cada locura y sentimiento del personaje, y hacia sentir la trama en un melodrama muy exagerado. Y sin embargo, todas las escenas que veíamos del Monstruo o cómo se relacionaba en el bosque, o la introducción del navío encallado en el Ártico demuestran que puede trabajar como director.



Murder on the Orient Express demuestra que Kenneth Branagh ha aprendido de esos errores, y es capaz de lograr el equilibrio entre controlar su actuación y su dirección al mismo tiempo, y encima ofrecer distintos ángulos y técnicas en la fotografía para demostrar también la sobriedad y características en los libros de Agatha Christie. Aún no hablaremos de su actuación como Hercule Poirot una vez se sube al tren, pero os adelanto que es más que gratificante. 

Es más centrada, lleva más control en su actuación para proteger la integridad y el carácter de su personaje, pero también asiste a dirigir la forma que quieren que sus demás compañeros actúen, más destacado con Josh Gad y Daisy Ridley. 


Ya resuelto este caso, parte hacia Estambul dejándonos una despedida al estilo Clarke Gable y unas tomas preciosas de los exteriores antes de partir en el barco, en donde iremos conociendo a varios de los pasajeros con los que pasará el tiempo en el tren.
Al igual que la versión de 1974, el casting aquí es grande y lleno de buenos y famosos actores y la gran mayoría llegan incluso a rivalizar contra la más querida adaptación.
Se trata de que en esta ocasión, no solo Poirot presenta porte y peculiaridades, sino también el resto de pasajeros también tienen su tiempo a destacar, al ofrecer Branagh mayor libertad y atención en sus actuaciones, empezando con la reconocible Daisy Ridley como Mary Debenham, La Institutriz. Y con El Doctor Arbuthnot, ahora afroamericano e interpretado por Leslie Odom Jr. recién salido de la obra musical Hamilton.



No llegaba a entender por qué Kenneth Branagh una vez que muestra el expreso no decide filmarlo como algo específico y bello, de la misma manera que vimos, por poner un ejemplo en Harry Potter y la Piedra Filosofal, pero luego me di cuenta de su estupenda decisión de mantener en una sola y larga toma un recorrido de todo el tren desde fuera, siguiendo a Poirot hasta entrar por el vagón restaurante en donde rápidamente le vemos conociendo a la atractiva Caroline Hubbard llevada por Michelle Pfeiffer junto con la cámara aprovechando el paso del personaje para seguir luego al  cargante profesor Gerhard Hardman con William Dafoe llevando ahora a la cámara a seguir el interior en esa misma toma mantenida; es tremendamente perfecta y un buen trabajo que me hace pensar en la influencia de Birman (2014) o más recientemente de su participación en Dunkirk con Christopher Nolan. Me gusta la cantidad de tomas extendidas que hay, muestran impresionantes actuaciones y también unos buenos aprovechados ángulos de cámara, como cuando Poirot abre el compartimento del cuerpo e inspeccionan el cadáver o hablan de qué van hacer, toda una escena tomada sin cortes, y es impresionante de ver el trabajo que hace la cámara.

Tengo que admitir que una vez detenido se ve genial las tomas de Poirot tratando de pasear en la nieve, buscando paz para resolver el asesinato. Gran trabajo Branagh.

Esta película puede tener mejores trabajos de cámara, tomas, filtros, e incluso actores que la adaptación más querida, pero para mí Kenneth Branagh pasa por alto la principal intención que tenía Agatha Christie con esta novela; no se trataba solo de desenmarañar uno de sus mejores misterios, sino también de la inseguridad que es estar atrapado en un tren con un asesino del que no conocemos sus motivos y razones, y por ello sentimos ese aprisionamiento con Poirot, aunque sea el mejor detective en el momento más indicado.
Esta película tenia claro en algún momento seguir esa temática en la dirección; Branagh filma con un carrete de 65 mm para ofrecer el mismo intranquilo sentimiento que se vio en Dunkirk, y para recrear muchas tomas parecidas al de la versión de 1974. Lo que es encomiable su respeto y homenaje al pasado, pero no llega a centrarse en ese carril, y se desvía en favor de poder presentar a un Hercule Poirot de su estilo y del agrado de lo que habría querido la autora.



Es obvio que Branagh trata de homenajear el sentimiento de aislamiento de Sidney Lumet, pero decide enfocarse más en la historia y en los personajes, y en el fondo no se le puede culpar. Lo que es mejor, porque hace la película algo más propio suyo, y no una burda copia del original.


Con lo que tenemos más superpuesto la imagen del protagonista, pero no el ambiente que en un primer momento Branagh trataba de mantener. Diría que el problema está en la libertad que da a los pasajeros sospechosos de moverse sin problemas y como si no los estuviera vigilando. Y de como pretende filmar las localizaciones de una manera más artística, como siempre se le ha dado bien.
Tomaria como ejemplo la interrogación a La Institutriz, gran escena y muy bien escrita, pero ver el comportamiento cortés de Branagh, y el fondo preparado en una comodidad a las afueras del expreso señalan básicamente mi punto, un grave punto a manos de las obras más claustrofóbicas que creó Christie, como con Diez negritos.



El misterio por otra parte se mantiene a salvo, se deja el tiempo necesario y el espectador espera a que explote, al tiempo que molestan a Poirot de leer a Charles Dickens (En una escena bastante graciosa). Crean una tensión objetiva que funciona y está lleno de interés parcialmente por el análisis del cuerpo y los objetos que ha descuidado su asesino/a. El botón, el barbitúrico, la hoja, las pruebas amenazantes, el arma, el kimono rojo, etc.
La forma en la que van uniendo cada punto y vemos las pistas y la mente supuesta del asesino es entretenido y se ata con los elementos detectivescos que Agatha creó para Poirot.
El personaje de  Bouc (Tom Bateman) seria el viejo amigo al que Hercule confía en expresar sus opiniones y deducciones al mismo tiempo que se lo explica al público, pero no funciona como un personaje, si sabéis a lo que me refiero.
Hay un par de escenas que llaman la atención, como cuando se encuentran en plena cocina de Estambul (Graciosa esa toma de ese bigote inspeccionando y oliendo cada pastel de la mesa), la forma en la que le pide que resuelva este caso para poder evitar un prejuicio racial con los pasajeros como la señora Estravados y el doctor Arbunoth, y finalmente su impresión al final de la película preocupándose por su amigo. 
Con todo lo que se plantea en este misterio y las evidencias que se dejan, Bouc pasa a ser un personaje menos presencial; su actuación no daña en nada la película, pero tampoco es algo muy memorable sabiendo que su participación debe acompañar a las impresiones de los espectadores.



Principalmente me encanta como se trata de ver la mentira en la gran mentira de las pistas y el cómo lo va relacionando con cada posible intención de los pasajeros que ha conocido.
Y aunque no podamos sentir ese sentimiento de estar atrapados en el tren, Branagh mantiene un orden para que varios de estos pasajeros y el asesino/a actúen en desesperación por estar atrapados, más notablemente visto en el personaje de Josh Gad como Hector MacQueen, El Asistente, de lejos un sorprendente personaje al que la claustrofobia le da una libertad de actuación bastante increíble y conmovedora de ver una vez que Hercule le pone las sospechas sobre la mesa.
Cierto que tenemos la obligatoria escena de acción que no podría ser evitada en pleno 2017, pero estaba creada bajo tensión, buenos ángulos de cámara, y me pareció muy interesante la idea de tratar de ocultar una vergonzosa situación que no tiene ninguna relación con el misterio del Orient Express.


Josh Gad, más conocido por haber doblado a Olaf en Frozen, e interpretó a Lefou en el remake de La Bella y La Bestia, aparece como una gran sorpresa ver el nivel de actuación al que se ha elevado cuando Poirot le presiona con la posibilidad de ser el asesino. Pero también destaca anteriormente por su forma de hablar y de moverse, realmente se mete en un personaje que nunca ha tenido mucha justicia en sus otras adaptaciones.

Sin embargo, esto no sale bien para todos los personajes, como sucede con El Conde a quien realmente no he encontrado nada interesante, ni siquiera veo que esté bien desarrollado.
Su primera aparición es exageradamente violenta, con un transeúnte que se acercó a sacar una foto, un paparazzi, y se mantiene así en toda la película, con ganas de pegar a todo el mundo, evitando que molesten a su rollo del viaje (Explican que está casado y que probablemente esté engañando a su esposa con la fatigada Elena).



Cuando Poirot mantiene su investigación y empieza a interrogarle, este solo tiene la necesidad de atacarlo y echarlo de su compartimiento, a quien sale a su rescate su viejo amigo y director del tren, Bouc (Tom Bateman) y Her Hardman; por lo que la función de esta escena solo se enlaza con las preguntas que deciden hacerle al personaje de William Dafoe, y algunas especificas pruebas que puede que estén demasiado fuera del lugar del misterio. El interés por el que puede ser el asesino de Casetti se nos es negado y sin lógica, para pasar ahora al interrogatorio de Hardman, quien resulta ser otro misterioso personaje que no es quien dice ser.


La actuación de Dafoe es sorprendentemente triste y trágica, y su pasado puede vislumbrar parte de este interesante caso, lamento que no lo pusieran más de vez en cuando en la pantalla, pero en fin, fue genial verlo tan imperante, y luego descansar desvelando su profesión y su relación con su seudónimo alemán.
Que por cierto, ¿significa esto que ese comportamiento racista también formaba parte de ese amigo suyo? En fin, aprendamos a decir de una vez Turín amigos míos.

Judi Dench y Manuel García-Rulfo como La Princesa Draggomiroff y El Vendedor Marquez intercambian bastantes lineas e imprudencias sobre su comportamiento que llaman la atención durante la trama, pero no llegan a sentirse como personajes ampliamente desarrollados, y eso puede llegar a ser un tanto decepcionante su poca participación y cuestión sobre el asesinato; pero están muy alejados de ser malas actuaciones o molestas como las de El Conde.
Los personajes en esta adaptación interactuan más entre ellos, y te hacen creer el papel que toman cada uno en esta historia, los motivos que tienen para mentir en ciertos aspectos, o por como eso puede estar relacionado con el posible motivo, o pista del imprevisto asesinato; ya sean las conversaciones que tienen MacQueen y El Doctor respecto a Stalin, o el motivo por el que la señorita Debenham miente sobre haber estado en Estados Unidos.
Pero no se sienten totalmente que forman parte de la película hasta el final; supongo que es una de esas cosas que pueden funcionar en un medio de lectura, pero no cinematográficamente, y que por ello Branagh trata de crear situaciones distintas a las del libro, encuentros en el pasillo, vueltas al compartimento, discusiones en las comidas, etc.

Ahora con la situación racial hay sitio de escenas en las que la joven Daisy Ridley hace frente al  nacionalista del her Hardman de Dafoe en una escena breve, pero más que satisfaciente por ver defender los derechos de hombres como Leslie Odom Jr., no tiene lugar en la historia original pero es agradable ver como las relaciones entre los personajes pueden cambiar la trama a mejor, e innovar aspectos y tensiones que pueden mejorar la historia en esta nueva entrega.
Ahora, hablemos del personaje del señor Ratchett, interpretado por Johnny Depp, personaje que le sienta como anillo al dedo en muchos momentos.

Depp sin el maquillaje de Ratchett, pero sujetando una de las muchas pruebas amenazantes que ha recibido.
Por cierto, la escena del espejo me encantó, una señal de que ni siquiera él mismo es feliz con la persona que se ha convertido a día de hoy. Una señal de vergüenza y arrepentimiento.


Esto no es fácil de explicar lectores, el motivo del fracaso en la audiencia de Murder on the Orient Express ocurrió mayoritariamente por los boicots y mítines que se han creado en torno a la figura pública de Depp desde que salió a la luz en su divorcio con Amber Heard que durante su matrimonio juntos, él abuso de ella violentamente (Piratas del caribe: La Venganza de Salazar llegó a sufrir parte de esa rechazada audiencia, aparte también de ser otra innecesaria secuela de primeras).
Aún no se ha dejado claro si lo sucedido es cierto o no pero muchos compañeros y amigos de Johnny Depp han salido en su defensa (Incluso su hija y su madre Vanessa Paradis) de estas acusaciones que aún están por demostrar, entre ellos Penelope Cruz quien le acompaña como Pilar Estravados, La Misionera del grupo.
Soy un gran fan de Johnny Depp, y aunque esté intentando ignorar estos hechos hasta que la verdad salga a la luz, es imposible evitarlos por como Kenneth Branagh decide hacer un guiño de esta situación con el personaje de Ratchett, y sorprendentemente funciona muy bien a su favor.

Ratchett es un personaje bastante serio, pero tranquilo, un vendedor de antigüedades que en numerosas ocasiones ha tenido la oportunidad de vender falsificaciones y hacerse una fortuna también de sus contactos como El Gangster. Pero es la actuación de Johnny Depp lo que lo señala como un personaje interesante durante la trama, probablemente el mejor llevado de todas las obras del libro; soy consciente de que últimamente ha habido una especie de cansancio sobre su estilo de actuación y los papeles que ha estado aceptando en los últimos años, pero esto es una excepcional ocasión en la que Depp es consciente de que en presencia de ya otro peculiar personaje como Hercule Poirot no puede excederse como suele hacer con la cámara, por lo que es consciente de mantenerse en una nota baja y aún así actuar de forma misteriosa, interesante y despreocupado hasta que las cosas empeoran en el tren. Confiando así en ligeras expresiones, dudas, miradas, sonrisas, y conversaciones minuciosas, tan solo la escena del postre que comparte con Poirot es así de simple y sencilla, pero fascinante de ver cuanto puede alargarlo una sola toma.

La presencia de Depp se podría resumir en esta escena con otra impresionante actriz en un gran y emocional papel, Michelle Pfeiffer intentando poner en su sitio al ligón que ha salido de su compartimento. La forma en la que Depp actúa en este escena y muestra su final expresión sin nada que decir es más allá de lo impresionante, es también hipnótico de ver cada vez que aparece por ello.





Me pregunto qué sucede dentro de esta película con los personajes para que no lleguen a un nivel en el que destaquen en conjunto. El asesinato  y el alud no parecen gobernar el ominoso ambiente que la autora siempre ha creado, y salvo por unos personajes que debido a la presión y el miedo de lo qué podría suceder en la investigación actúan fuera de lugar y con insensatez, nadie parece verse especialmente afectado tal y como se nos indican que lo están.
Y no os equivoqueis, el casting es realmente perfecto, esto es solo una quisquillosidad entre el libro y el tono de la película.

Tal vez es porque me apetece mucho verla pero volvamos a ver un ejemplo de Harry Potter, en el misterio de La Cámara Secreta varios personajes aparecen petrificados por un ser inconcebible que vuelve el castillo de Hogwarts y provoca el miedo y la inseguridad en todos los personajes, volviéndose el misterio y los ataques más punzantes una vez que encuentran al personaje de Hermione Granger petrificada. Hermione resulta ser una pieza clave por descubrir quién o qué estaban atacando a los nacidos de muggles, y su ataque se vuelve más triste y "desgarrador" sabiendo que toda posibilidad de esperanza está pendiente de un hilo muy fino.
Comparando amabas películas se puede argumentar porqué Murder on the Orient Express no forma una reacción precisa en todos los personajes, pero lo demuestran con 3 de ellos, nada impide que lo hagan con todos; veamos a la Princesa preocupada por su perro o algo así, o a su Criada (Olivia Colman) hablando nerviosa el alemán con Poirot (Por cierto, magnífico acento alemán, francés, español y búlgaro que habla Branagh, me quito el sombrero)


Pero obviando eso Murder on the Orient Express es una película que trae y recuerda el cine artístico, cuidado en la cinematografía y espectaculares localizaciones como escenarios.
Es visualmente preciosa y un regalo para la vista, una marca única de Kenneth Branagh en cuestión de su dirección, pero también se nota una ambición y un gusto por este proyecto que es más que bienvenido. Permite a este reparto de actores ser libres en sus actuaciones y sorprendentemente la gran mayoría sobrepasan las expectaciones del personaje al que proyectan, y respecto a las interacciones que MacQueen y Hubbard sienten en la presión del asesinato son bien entregadas a la hora de de construir a los personajes.
Y aunque Branagh no llega a crear ese entorno sin salida y terror que Agatha Christie escribió, sí que llega a preservar el mensaje del misterio, el asesinato y la inesperada y magnífica resolución humana que el detective Hercule Poirot da sobre el caso.
Branagh actúa de la forma más humana y cuidada en toda la película por como libera cada linea, y a más de uno le garantizo que llorará y se quedará con melancolía por el seguimiento de lo sucedido y lo trágico que ha resultado este acontecimiento.

Poirot dijo que el crimen es el acto más innatural que ha tenido que ver en el recorrido de su carrera a manos del ser humano, la insensibilidad de este acto irrita y le confunde por saber cómo alguien puede llegar a encontrar la paz por ello (Sea o no de Casetti).
Él, finalmente comprende el lado del criminal y el asesino/a al relacionarlo con el caso de Cassetti y la familia Armstrong, y ahora, desde que le llegó tarde la carta para resolver el caso, por fin Poirot puede encontrar el orden y la satisfacción de que al poder resolver ambos casos ha encontrado la solución para dejar descansar tan trágica noticia que ha conmocionado a todo el mundo. 
Agatha Christie siempre ha dejado en muchos de sus libros de suspense y misterio como se separa esa linea entre el villano y el héroe, el qué nos define en el lado de la historia y como nos podemos tranquilizar sabiendo que no hemos caído en esas terribles circunstancias; pero Asesinato en el Orient Express siempre fue un libro especial para ella por lo que trataba de dejar claro al final del libro con Poirot.
Habéis escuchado la historia, oído sus argumentos y hemos resuelto el caso, pero ahora depende de nosotros y de Bouc si de hacer justicia, o de si juzgar que ya se haya hecho.




Kenneth Branagh en señal del gran director que es mantiene en perfectas condiciones esa última escena y preserva el mensaje de la autora de una forma espectacular que no llega a ser una traición a otras adaptaciones, es única y conmovedora y se ata de una forma con la historia, la dirección, la cinematografía, la música y la escena, que es sin dudarlo uno de los mejores finales de todo el cine del 2017.
Me siento emocionalmente implicado, y muy identificado también por como me ha hecho recordar el triste caso de la pobre Madeleine McCann, con lo que Murder on the Orient Express puede ser un eco a los sucesos contemporáneos también y nos hace más conscientes de la pregunta que Christie nos hace, y que ahora Branagh nos deja.



Aún con todo lo que he dicho con los fallos, personajes algo llanos y breves, y el fallido sentimiento de estar atrapados a nivel de ambiente, sigue siendo una espectacular película que llega a estar a la altura del producto final que han estado construyendo para el público.
Así que por favor no dejéis que los sucesos del matrimonio de Depp os bloqueen para ir a ver una película tan preciosa y agradable como esta.
Cada personaje está bien actuado y es agradable de ver como crean relaciones entre ellos, especialmente Daisy Ridley y Leslie Odom Jr. son una ternura de ver como el resto del grupo.
Es cierto que los personaje no son tan memorables o integrados de una forma más elemental en la trama y la película; un ejemplo como con Clue (1985) otra destacable y clásico del cine de misterio inspirado en el juego de mesa (También inspirado de Diez Negritos), pero es difícil de ignorarlos, aunque comparándolos con el perfecto Tim Curry tal vez Branagh podría habernos dejado más tiempo con estos pasajeros.


Tremenda diferencia de direcciones y guión cuando miras el gran esquema del cine, pero tampoco es que dañen a Asesinato de Orient Express; espero que veáis mi punto.

La separación que ofrece en la técnica del misterio, el ángulo superior, blanco y negro, las tomas sostenidas, todo eso ofrece un novedoso apartado técnico que solo antes Sidney Lumet mostró pese ha haber otras adaptaciones, ¿no es así, horrorosa adaptación de Alfred Molina?
Pero aún así, y en base a lo que he oído no puede vencer la nostalgia de la del '74; lo que me llama a verla después de haber criticado una versión que sigo pensando puede estar a la altura de Albert Finney. ¡Ademas, es Sidney Lumet dirigiéndola, nada puede salir mal!

Una de mis escenas favoritas, 12 hombres sin piedad capta perfectamente el agobio de un entorno cerrado con todo un grupo de personas que participan en una tensa situación, y Lumet lo capta con tanto detalle, prisa e incomodidad para los personajes, que creo en la realidad que se presenta; y no puedo pensar en lo acertado en escogerle para llevar Asesinato en el Orient Express a la gran pantalla.

Toda esa lucha contra el tono, los personajes, el ambiente y  las actuaciones se atan al final en esta adaptación con una increíble y humana última escena que Branagh vuelve a dedicar en una única toma en donde el tope de la producción y el escenario es bellísimo.
Realmente hacia tiempo que no veía una película acabar así, y haciendo un repaso de lo sucedido sin tener que decir muchas palabras, sin tener que ver un impacto profundo. A veces solo se necesita paz y reflexión, ¡y esa canción con Michelle Pfeiffer, ES PRECIOSA "Never Again"! Magnífico final.




Murder on the Orient Express realmente se toma las molestias de crear parte de la intención que Christie quiso plasmar en el espíritu del misterio; equilibrio, paz, y humanidad a través de las experiencias de los personajes junto con Poirot como profesor.
Realmente me ha gustado y he disfrutado tanto del "whodunit" como de la cinematografia de Kenneth Branagh y su papel de Poirot, se notaba que también inspirado por elementos como la serie de la BBC Sherlock quería traer parte de algunos guiños que fans actuales puedan disfrutar o sentirse relacionados con ella.
Aunque esta adaptación no llame a gritos a que todo el mundo vaya a verla, creo que si tienes la intención de ir un día al cine a relajarte, disfrutar tranquilamente, o sentarte y de ver una película en casa solo por entretenimiento; esta seria sin duda una gran elección.

Bueno, lo consiguió, es una gran película con un futuro potencial.
¿Volveremos de nuevo a ver Kenneth Branagh con el impresionante bigote de morsa resolviendo misterios en futuras entregas? Solo el tiempo y el público lo dirá, es ahora el momento en el que debe destacar.


Chicos, gracias una vez más por leer este breve análisis, intentare ponerme más en marcha  con futuras criticas y análisis en cuanto pueda, en febrero volveremos a hablar de cine artístico si todo va bien, y finalmente entraré en el periodo de descanso para buscar otras películas por analizar, y atender también a las listas y sugerencias que muchos me han estado pidiendo. Eso significa que la siguiente será la última hasta nueva orden, así que lo mejor será escogerla cuanto antes.
Finalmente os deseo a todos un buen día, que os inundéis con lectura de misterio y detectives, y nada más ¡hasta la siguiente entrada!



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