El Fantasma de la Ópera (1925)



The Phantom of the Opera, o El Fantasma de la Ópera es una de las películas más destacadas del cine mudo de toda la filmografia de Universal Studios y es considerado su éxito y su popularidad como un fenómeno cultural, probablemente el primero en el cine estadounidense. Por no hablar de su valor cinematográfico respecto a efectos prácticos, maquillaje y actuaciones.
Cuando alguien piensa en los monstruos de la Universal, cine mudo, o distintas versiones del Fantasma, ésta es la definitiva historia que trata a Erik como el ser que es superficialmente y cruel reflejo de todo lo que ha sufrido.



Hasta entonces la mayoría de películas fantásticas no crearon un género de terror propiamente dicho,  todo se sentía que formaba parte de ese irreal mundo, y en contraste entre regiones, se veía en Europa un tema más de fábula, magia negra o leyendas populares que explorasen los miedos populares (El gabinete del Dr. Caligari, Nosferatu, El Golem, o incluso Fausto) mientras que en EEUU lo protagonizaban personajes torturados física y psicológicamente, con traumas y deformaciones y una sociedad violenta al respecto. Estas fueron historias sacadas normalmente de la literatura como es el caso de "Le Fantôme de l'Opéra".

Es curioso los origenes de esta obra, Gaston Leroux era un reportero por entonces de los sucesos de la Ópera Garnier, el 20 de mayo de 1896, en donde el contrapeso de la lámpara de araña atravesó el techo y cayó en todo el auditorio, acabando con las vidas de toda la orquesta en la que fue su primera participación... sí.
A Leroux le dio por teorizar el suceso y se le ocurrió pensar: "¿Y si no ha sido un accidente? ¿Y si ha sido obra de un maestro de la música como del ilusionismo? ¿Y si este insatisfecho monstruo solo buscaba el amor de una joven artista como él y no ha sido correspondido?
¡Voy a escribir sobre esto y será la mejor obra de la literatura francesa!"



No lo fue, buen intento, está bien pero es una nota raspada. Leroux cuenta la historia desde su punto de vista, reconstruyendo las piezas después de 30 años y aunque la narración vaya investigando los hechos en base a su experiencia, y quién es el Fantasma, no se traduce bien y no llega a ser muy consistente, sin embargo como ejemplo de lectura de la bestia que enamora a la bella es bastante buena y aunque sea algo "pulp" es una muestra de infravaloración pensar en lo que ha evolucionado tan simple historia y libro, en lo que es hoy en día un melodrama victoriano muy adelantado a su época: El Fantasma de la Ópera (Pre- y Post- musical).
Vayamos paso a paso para que os explique por qué pienso que ha conseguido tanto foco de atención la historia del Fantasma:

Paris, siglo XIX, el mayor "timo" de Francia está sucediendo en nuestras narices, 2 nuevos gerentes compran la Ópera pensando en el gran éxito que tendrán con esta nueva inversión ¡pese a ser advertidos de la presencia del famoso Fantasma que acecha en el palco #5 por sus anteriores dueños!
¡Increíble, estoy siempre paralizado cada vez que veo a estos dos lidiando con los problemas de su trato!
En fin, el Fantasma morador de la Ópera, es testigo de la última interpretación de la sustituta Christine Daeé (Mary Philbin) tras privarle a su rival la prima donna Carlota de su solo en la obra.
El Fantasma desaparece para estrés de los dueños y el pánico vuelve a surgir en el grupo de bailarinas y vocales como demás miembros del montaje, y así introducimos ese sentimiento de inquietud que hay alrededor de toda la película y los escenarios con el grupo de actrices asustadas, y el tramoyista llamado Buquet que se sabe que le vio y nos cuenta que él vive en el cavernoso laberinto de mazmorras que se ocultan debajo de la Ópera Garnier.
Mientras la sombra del Fantasma llena toda la cámara, vemos ese sentimiento de angustia y terror en toda la película que genera un ambiente perfecto para una película muda, y se va construyendo paso a paso hasta que Christine conozca a su "celestial maestro".



Las idas y venidas de la sombra del Fantasma son seguidas por un misterioso hombre con un fez, callado que parece estar siempre cuando él desaparece, ¿trabajará para él, será el Fantasma?
Con él se teje un misterio más a la película, pero también se añade a Joseph Buquet que asegura que el Fantasma existe, pero Buquet sabe la verdad, que no se trata de un espectro que mora en toda la Ópera como realmente creen, sino de un astuto hombre, un ilusionista que sabe engañar a la gente con sus recursos; pero aunque Buquet ve a través de su máscara, lo teme, y con gran razón.

Un problema de dos que presenta esta película es haber dejado sin desarrollar a Buquet, tan interesante personaje ha demostrado ser más que esencial en la trama tanto en el musical como en posteriores trabajos.

Con esto, el mito que se crea, y Buquet como testigo con los antiguos gerentes, el Fantasma de la Ópera domina completamente la película, y en el momento en el que el vizconde Raoul (Norman Kerry) es rechazado por Christine a casarse, vemos más de él en su camerino, como un maestro cantante de la nueva sensación de la Ópera.
El cambio entre Raoul en el libro y en la película es como el del Fantasma, muy distintos, Raoul en el escenario es menos como un rival y más como un apuesto caballero convencional de este tipo de historia, mientras que en el libro es cínico, quejica, y egoísta, lo que lo convertía en un rival en contra de las cualidades de Erik.
Así vemos un aspecto menor en rivalidad y por quién tendrá Christine que decidir estar a su lado puesto que Lon Chaney se especializa en interpretar a monstruos y hombres crueles, que es la dirección por la que querrían ir y por la que más se distingue a esta versión.
Lo único malo de todo este cambio es que vuelve a los personajes menos complejos y la historia más unidireccional en comparación con el musical de Andrew Lloyd Webber, pero no así las actuaciones  que vemos en todo el trayecto.



La relación entre Raoul y Christine aquí es tierna y simple al mismo tiempo, en este momento de gran éxito Raoul pretende casarse con Christine y que así ella renuncie a su carrera, pero se lo pide en un momento en el que es egoísta de su parte, cuando ahora empieza a forjar su reputación.
Pero luego hay escenas tiernas como la del tejado, o cuando están en el camerino antes de que Erik la secuestre, o cuando Christine le salva en el que se les ve juntos y con cariño que distan de escenas como esta.
Mary Philbin tiene ese rostro tan característico de los años '20 y que siempre se ve en las películas mudas, ya  aparecería en otras producciones como The Man Who Laughs con Conrad Veidt y aquí muestra expresiones completamente atemorizantes en presencia del Fantasma y sus trucos.
Probablemente mi favorita es cuando es hipnotizada por la voz del Fantasma para que baje a su guarida, parece como si estuviese en un estado de borrachera y todo.
Pero es tremendo el modo en que se puede ver tanta excitación y miedo incluso a oscuras.
La pausa es perfecta, el Fantasma es misterioso pero atemoriza con razón incluso con esa extraña máscara juntada a ese pañuelo que le tapa la boca a lo Mercutio en Romeo y Julieta.




Tengo que admitir que de todas las máscaras, rostros, actuaciones , y demás peculiaridades que el Fantasma ha tenido en todas sus adaptaciones, ESTÁ máscara es la más ominosa de todas, desde los falsos ojos, el pelo cubierto, y el pañuelo tapando la boca. Hay algo, falso en su rostro, y me gusta.

Hablando del secuestro, el sentimiento de extrañeza en la atmósfera, el suspense que genera hasta que vemos la máscara del Fantasma es de 10/10, realmente el cine mudo era excelente en llevar el dramatismo y la espera a un nivel casi de tortura, pero vale la pena, vemos mucho de la expresión de nuestro actor estrella, cómo se desenvuelve en truco y engaño el Fantasma, y a la pobre Christine darse cuenta que su oculto maestro que la ha ayudado a estar en escena esta noche era no otro que el terror de la Ópera.



Recuerda mucho a la historia mitológica de Hades y Perséfone, con el Fantasma arrastrándola como una princesa en su mundo subterráneo por góndola y caballo, hasta pedirla que se quede ahí con el, y nunca más subir si no es para participar en la Ópera. El Fantasma es siempre comparado con la muerte y el infierno, y Christine como alguien fuera de su alcance y que no pertenece en su mundo.
Qué querría expresar Leroux más allá de esto no estoy seguro, pero es una muestra de que está más asentada la historia en este aspecto que el de La Bella y la Bestia por ejemplo, y que las grandes historias siempre vuelven a repetirse, ya sea por figuras celestiales o infernales ¿verdad Christine?



En el libro, Christine y su fe católica le llevaron a pensar que se trataba de su padre como ángel de la guarda quien la aconsejaba y le ayudaba a obtener la atención de la Ópera... sí, Leroux no se rascó mucho la cabeza, pero lo compensaba con los trucos del Fantasma, el espejo, las bolas de fuego, por lo que es entendible esa fe ciega; pero sigue siendo una razón bastante ingenua y que es muy infantil por parte de nuestra protagonista.
Bueno, durante el "secuestro" se suman varios días en que Christine ha desaparecido, y el Fantasma ha amenazado con grandes represalias a los gerentes de que si Carlotta se presenta en el papel que le pertenece a Christine, sufrirán todos las consecuencias.
Con una muestra de esa valentía que se echan los hombres cuando hay una mujer de por medio como es la madre de la pesada prima donna, el Fantasma recrea el caótico suceso y estrella la lámpara de araña en pleno acto sonoro y a Carlotta se la da por perdida. Ni siquiera se ha encontrado su cuerpo... ¡Yikes!

¡Es hora de hablar de El Fantasma de la Ópera, Erik, interpretado por el magnífico Lon Chaney!
De todas las cosas que mantiene y crea la película, ya sea la popular escena de las máscaras, los escenarios o la música, es el mismísimo "hombre de las mil caras" lo que convierte esta película en el gran clásico que es.
No solo se trata de uno de los mejores actores de la era muda del cine por su lenguaje idiosincrásico y su perfecta y variada expresión en cada toma, sino que también hacia su propio maquillaje (algo común en esa época), pero la mano de Chaney era de santo y NADIE jamas ha podido crear distintos rostros en toda una carrera de actor como la suya.
Los personajes que siempre proyectaba exhibían exageradas reacciones y difícil realización en cada obra que se aplicaba, merecedor de su indudable título y nunca una actuación suya era igual a la otra.
Es muy interesante la idea que tenia Chaney respecto al Fantasma y seguro que ayudó mucho el hecho de que Gaston Leroux y Carl Laemmle Sr. colaboraron muy cercanamente desde que se conocieron en Francia en 1922.

Lon Chaney con algunos de sus materiales caseros para preparar la cara del Fantasma; sus padres eran sordos y así es como puso tanto empeño y pasión en su lenguaje corporal, su dramatismo se acopla con la exagerada vida de Erik y todos los daños que mantiene a su vida, como el dormir en un ataúd o apropiarse del título cruel que le pusieron a base de burlas y amenazas.

La imborrable escena de Christine quitando su máscara ha quedado grabada como una escena de terror que en su día asustó y provocó desmayos en todo el estreno.
Todo un referente de la cultura popular y su historia y puesto en el mundo del cine.
La forma en que se ha estado implicando la cara de Erik, el suspense y el ritmo que se ha servido en la trama, más las advertencias de lo que hay detrás de ella por parte de Buquet y el propio Fantasma sirven de alicientes para que veamos tal deformidad, y por eso funciona tan perfectamente.
Es más, la reacción de Mary Philbin es totalmente genuina, Chaney mantuvo muy en secreto el auténtico rostro de Erik y solo fue visible en la pantalla, nada de publicidad, nada de imágenes de pruebas, el susto es creíble y perfecto, ¡un joven Gregory Peck os lo puede garantizar!


Pero no solo es el ritmo o la música del órgano, también el crédito se lo merece Chaney por haber captado el rostro deforme que Leroux escribió.
Como podemos ver, Chaney hace de su rostro el de un alargado y fino craneo, de frente ampliada y calvo, oscuras ojeras (incluso diría que ensangrentadas) mandíbula podrida, y el toque final, unos alambres que estiraban las fosas nasales de la nariz, llegando a hacerle sangrar en muchos momentos, pero su dolor solo le ayudó más en su actuación.


La historia del Fantasma está más explorada en el libro que aquí, aunque no es del todo necesario, su vida comenzó en Persia, su rostro al nacer por lo que describe es similar al de un cadáver viviente y toda su vida de tortura ha derivado en ello, y aunque haya vivido de una manera retraída y de dolor, ha demostrado tener un talento para la música, componer, el canto, la ventriloquia, el ilusionismo y engaño, e incluso histórico por conocer la historia de las cavernas y sus trampas durante la 2º Revolución Francesa.
La actuación de Lon Chaney como tal personaje es en mi opinión la mejor y la más personal que se haya hecho jamas porque lo proyecta sin ninguna palabra, es una actuación visual, él era un actor HECHO para este cine y tenia todas las ventajas y experiencias para proyectar el sufrimiento y el deseo de Erik, y nosotros podemos sentirlo ante tal capa de maquillaje.



Uno ve inspiración de futuros actores que cogieron el papel en sus gestos y emociones, Chaney deja claro que el Fantasma de la Ópera es una persona que parece tener en venganza al mundo entero por todo lo que le han hecho, pero poco a poco Christine (al igual que el público) ve que solo está roto emocionalmente, es una triste y confusa persona que no sabe qué hacer con su vida.
Y eso resuena fuertemente en mí, y en la figura popular y común de todos,  Erik es un personaje con el que el público siente lástima y pena, pero se compadece cuando intenta aferrarse al cariño de una persona a la que admira y quiere, no por su físico o su belleza, sino por su talento, su personalidad, y su candidez en él.
Pensar que tras ese maquiavélico y horrible rostro Lon Chaney sea capaz de transmitir tanta emoción y pena solo hace confirmar que este es un espectáculo de primera, de la misma forma en que nos hizo sentir en El Jorobado de Notre-Damme (1923) con su interpretación de Quasimodo, también de la Universal, en ella demostró una figura acrobática del jorobado que más tarde inspiraría a Disney ha hacerlo en su propia versión.



A esto le sigue la escena de la fiesta de máscaras que en el musical seria el punto del intermedio.
Esta escena es muy especial porque se trata de una escena que mostraba color con una técnica rudimentaria no muy diferente al Technicolor.
Desgraciadamente no todos los cines disponían de los medios para que se viera el color a través de la luz, pero en 1929 la edición de "Eastman" consiguió mostrar lo que proporcionaba en su día la cámara al grabar, en vez de la técnica que usaron para la escena del tejado.
En la fiesta, Christine y Raoul se juntan disfrazados para planear una fuga después de los sucesos que ha vivido, desea huir lejos del Fantasma y casarse en Londres con Raoul.
Pero estos sin saberlo, no notan la presencia de Erik, que se presenta como la figura escarlata de La Muerte roja un personaje del relato corto de Edgar Allan Poe en el que La Parca personifica a un rojo y colorido festejante que esparce la muerte de la nobleza custodiada en el castillo mientras el pueblo muere. Y vaya si el Fantasma tiene un sentido de la literatura perfecto.

Su entrada es triunfal y épica por el tema que suena, algo que parece estar sacado de Dragon Quest, pero eso no es más que otro crédito a la música estupenda que suena durante toda la película.

Como dice el letrero: "Into the midst of the revelry, strode a spectral figure, robed in red.
Beneath your dancing feet are the tombs of tortured men- thus does the Red Death rebuke your merriment!"
PERFECTA MÚSICA, ¡SÍ SEÑOR, EN UNA NOCHE A SOLAS ES UN LUJO PODER VERLA EN LA OSCURIDAD MIENTRAS CHANEY HIELA LA SANGRE DEL PÚBLICO CON SU SOLA PRESENCIA!



Vaya si me gusta aquí su actuación, se puede sentir su furia y su traición en el tejado de la Ópera, y el color que emplearon para su capa y el resto de un azul tranquilo como si en la noche estuvieran ocultos es realmente inquietante, pero muy atractivo a los ojos sin dudarlo.
Emplean un proceso de color llamado "Handschiegl" para los interesados, con tintes de anilina y demás.

¡Mirad la paleta de colores! Pensar que lo que hicieron fue colorear a mano los fotogramas de la escena, y poner la luz azul es algo de infarto para un preservador de una joya del cine mudo.

La escena de la azotea es también una de las más tiernas respecto a Raoul y Christine y lo que ambos sienten entre ellos, normalmente no se explora ya que Lon Chaney vuelve a dominar por completo el escenario, pero hay algo íntimo y doloroso que recuerda a la tragedia del libro y el musical, por no decir que es esencial como catalizador del dolor, furia, y futuro descontrol y caos de Erik.
Es mi escena favorita de toda la película, ¡bravo Rupert Julian, bravo!



Hay mucho más por cubrir la película así que vamos a ir en dirección al final:
El hombre del fez aparece diciendo a nuestros enamoradas que deben salir por la otra salida puesto que "Él" los ha estado vigilando.
Y por fin  en la siguiente transición conocemos quien es, y vaya si es una decepción Ledoux.
Vamos a ver, me gusta la idea de que tiene un pasado con el Fantasma, pero lo resumen a algo sacado de Les Miserables, con Ledoux siendo un inspector que ha estado siguiendo la pista de Erik desde que escapó de la prisión de la Isla del Diablo, informando así a los gerentes de su identidad.
Resumen, al final la historia de Erik es como un criminal fugado, fin.
Vaya desperdicio de un personaje misterioso y perfecto que podría haber resultado en alguien tan interesante y secundario como Bouquet... hablando de eso.

Ledoux fue interpretado de manera cuidadosa por Arthur Edmund Carewe.

Una vez que el telón se levanta, se encuentra el cadáver de Bouquet ahorcado y aún colgando, una obra más del Fantasma también arruinando el plan de Raoul con el carruaje que les espera antes de escapar, y más tarde en plena actuación, vuelve a secuestrar a Christine, ¡sacando de su sitio al director de orquesta! Es totalmente gracioso y me entra la risa verle asustado y de repente salir de debajo Erik con esa extraña máscara que tiene en esta película.

La muerte de Bouquet es descubierta por su hermano Simon (solo existe en esta película), quien furioso decide ir a vengar a su hermano yendo tras él en su guarida, mientras Ledoux y Raoul se adelantan a salvar a Christine, quienes caen en una trampa y ahora sus vidas dependen de Christine.


Aquí es donde se dista de la moraleja del libro, en el que Christine acepta casarse con el Fantasma y pasar el resto de su vida con él si eso salva a Erik. Y en señal de redención y tragedia, al ver Erik a Christine llorando en los brazos de Raoul, se da cuenta de la maldad de sus actos y deja ir a Christine, y esta agradecida le besa en cariñoso afecto. Leroux acaba la novela haciéndonos reflexionar que si Erik no hubiese vivido una vida como esta, es muy posible que no hubiese acabado muriendo solo y torturado. Que fue un hombre roto por el resto, y una persona que merecía más del mundo.

Hay un cambio de atención y trato, es distinto debido a la influencia de Lon Chaney y 2 pre-estrenos que confirmaron que debían cambiarlo por una resolución más guiada del villano monstruoso el cual es esta.
Desde que Erik mostró su rostro y su manera de justificar sus actos, vemos a un personaje que no acabaría siendo tan emocional y comprensivo como el de la novela, y no es de extrañar que cuando ve a Christine con Raoul, compartiendo esa intimidad y preocupación por su salud, los aparta con furia y consternación para huir con ella antes de que toda la muchedumbre de Simon y la Ópera lo persigan cual grupo enfurecido.
Es un asesino, un criminal fugado, un auténtico monstruo en esta película, pero mantienen la tristeza y simpatía por la locura en la que ha terminado.

Lon Chaney proyecta todo eso con gran nota y le excuso por ir a cambiar el clímax y el final que aseguraron el éxito de la película, con Erik huyendo de la turba y perdiendo a Christine, para luego ser cazado y tirado al río Sena hasta ver su final.
Me encanta su expresión de locura y risa maquiavélica mientras conduce el coche, ¡y la escena en la que pasa por Notre-Damme, todo un homenaje a cuando hizo del jorobado en 1923!



Una vez más la música y la acción es de primera y la ultima reacción de Chaney con risa y superioridad por la supuesta bomba está en perfecta sintonía con lo que siempre ha estado intentando crear desde que se consolidó un actor de aún este temprano género y papel de terror.

Si aún queda algo por decir es solo esto, El Fantasma de la Ópera es una de las mejores películas y espectáculos de todo el cine mudo, y gracias a ella se sembró poco a poco el género de terror y la admiración por el personaje de una manera casi profunda u horrible por cada adaptación.
Me gusta pensar que también es bastante más atenta con el tono y el ritmo que otras películas mudas, y puede servir como una opción si os interesa ver este tipo de cine.
Pero por otro, muchos fans del musical no verán con buenas perspectivas el cambio que ha sido el personaje del Fantasma, pero es la época temprana de Hollywood y villanos y monstruos empezaban a aparecer y a ser la atención del público y el gusto de los espectadores.
La pasión que mantienen el equipo, la música y la producción es impensable para una película muda, con grandes personajes y muchos actores que llenan escenarios en la Ópera, los bailes, y la persecución del villano. ¡Parece Metrópolis!
Es más, Universal construyó el edificio interior y exterior de la Ópera completamente, siendo uno de los escenarios más antiguos en toda la historia del cine.
Permaneció intacto y se uso en muchas películas hasta que se demolió en 2014 para hacer sitio a una atracción de Harry Potter, eso duele.






En cuanto a qué paso luego, ya os lo imagináis, Chaney conoció fama y éxito en Europa también, y continuo proyectando personajes aterradores manteniendo siempre su famoso título, y a pesar de que esta película y su ya mencionada participación magistral como Quasimodo, el ciclo de monstruos comenzaba a darse forma y con la ida del cine mudo para abrir paso al sonoro, Chaney tuvo la oportunidad de mostrar su voz por fin en el remake de The Unholy Three en 1930.

En 1927 participó con el director Tod Browning en London After Midnight, el Santo Grial de todas las películas de terror puesto que todas las copias se han perdido en un incendio en los años '60 y existen un montón de imágenes publicitarias como el famoso personaje que Lon Chaney retrataba, un inspector de Scotland Yard posiblemente un vampiro que usa hipnosis y un misterioso farol en toda la película al que se le asigna resolver una serie de asesinatos.

Miradlo, ¿no os gustaría que alguien como este personaje se juntase con el Monstruo de Frankenstein, Larry Talbot o Dracula? Podría si eso fuese posible.

La razón de que mencione London After Midnight es porque cuando se estuvo preparando la Universal Studios para su primera película sonora de terror con Drácula (1931) Browning tenia pensado en poner a Chaney en el papel del Conde, pero Lon Chaney murió de cáncer de laringe en 1930 tras tanta lucha y esfuerzo, irónicamente su ida fue al mismo tiempo que el cine mudo lo que encapsula su fuerte legado y presencia en el género, y más tarde inspiración para su hijo Lon Chaney Jr., Peter Lorre, Bela Lugosi, Boris Karloff, y Vincent Price en seguir trayendo vida con las mismas apasionadas actuaciones y presencia que hizo.
Y aunque Chaney no llegase a interpretar al transilvano vampiro, quien vino en su lugar fue uno de los mejores y espléndidos actores que hayan pisado el escenario y la gran pantalla del miedo y el suspense.
Ya hablaremos de Bela otro año tal vez.

Respecto al futuro del Fantasma, existieron distintas versiones antes del éxito del musical que merecen alguna que otra mención o un futuro análisis, como Phantom of the Paradise (1970) horribles versiones como la de Hammer Productions, y probablemente la mayor de todas estas en producción es la nueva adaptación que Universal hizo en 1943 durante su segundo ciclo de cine de terror.
Esta version en color-remake y protagonizada por Claude Rains destaca para mí en la música, el cual es perfecta, pero con todo eso y Claude Rains, en una actuación notable como siempre, la película tiene muchas grietas que van rompiendo su trama conforme va finalizando.
Se merece su propio análisis y ojalá pueda dároslo en un futuro próximo.

A parte del color y la música que destacan de forma sobresaliente a mi gusto, esta cinta es una de esas que cambian la historia del Fantasma de ser un deforme y grotesco ser desde su nacimiento, a "un día pasó un accidente y desde entonces es así"; en este acaso ácido a la cara.

Para terminar, la historia de esta película como la del propio Fantasma está siempre sujeta a distintos cambios en el personaje, la trama, la dirección, o incluso la motivación y arco musical.
Pero esta versión de 1925 es una obra importante en la cultura e historia cinematográfica con los ángulos empleados, el maquillaje realizado por Chaney y su actuación, el miedo y terror que inspiró creó la gratificante experiencia de ir en conjunto a pasar un buen rato siendo asustados por el personaje que el título presume con razón. Es mucho más cercano al libro, y Chaney es la insuperable figura de Erik al menos como un monstruo y peligroso monstruo de la Universal.
Es mi opción numero 1 para todos los que desean explorar el cine silencioso, y es mi película favorita del propio Fantasma de la Ópera.




Muchísimas gracias una vez más por leer una entrada de Under the 12 Scripts, os dejo un video a los más interesados más arriba sobre los distintos cambios y versiones que hubo de la película desde 1925 hasta 1929 por James Rolfe, y en este enlace a la magnífica Lindsay Ellis y su sabiduría cinematográfica respecto a la evolución del personaje, ella lo explica de una manera que tira a la basura lo que he dicho, conque si no te interesa leer, por favor escuchadla, es magnífica.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Robin Hood: príncipe de los ladrones (1991)

Stephen King's IT (1990)

Rocky II (1979)